Gilberto On Steps

Mandato Judicial del Corte en Londres termina el litigio contra BP- declaración por Gilberto Torres

El 19 de septiembre de 2016 en Londres, el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales ordenó, en base a un acuerdo entre las partes, que mi caso contra la BP y seis otras empresas petroleras vinculadas, debía terminar sin pagar los costos procesales.

Este caso constituyó la etapa más reciente de mi batalla en contra de las violaciones de derechos humanos y agravios al medio ambiente en Colombia, vinculados a la extracción del petróleo.

Se podría pensar que la batalla comenzó en el 2001 cuando Aury Sara, presidente de la seccional de Cartagena de la USO, el sindicato de trabajadores del sector petrolero, y un amigo mío, fue secuestrado.

En ese momento yo era dirigente sindical de la USO en la estación de bombeo El Porvenir, Casanare. Cuando recibí la llamada informándome del secuestro de Aury,  yo me encontraba en la sala de control de la estación. Conversamos sobre la situación con los otros trabajadores allí y nos pusimos de acuerdo en  realizar una baja de producción en el bombeo del oleoducto  de forma inmediata, con la esperanza de que esto ejerciera presión en la empresa petrolera, y a su vez en los paramilitares, para así salvar la vida de Aury.

Durante los días y noches siguientes continuamos con la baja de producción, a pesar de estar amenazados por el ejército, la administración de Ocensa y Ecopetrol, y los paramilitares; y logramos frenar el flujo del petróleo por toda Colombia. Desafortunadamente, a pesar de estas acciones de solidaridad, se encontró el cuerpo de Aury sin vida y con indicios de tortura.

Después de nuestra huelga se incrementaron las amenazas en mi contra y un día de regreso a mi casa desde el trabajo fui secuestrado y torturado por paramilitares quienes al parecer habían sido ayudados por OCENSA, empresa en la cual la BP tenía acciones.

Por su puesto, no fui secuestrado por la propia BP, pero considero que la empresa y sus sucesores son los responsables de lo que me pasó a mi, gilbertop-speakingy a miles de otros sindicalistas, ambientalistas y líderes comunitarios que demostraron oposición a sus actividades.

Los asesinatos empezaron en los años 90, una época en la cual la BP pagaba dinero directamente al ejército colombiano. En ese entonces los vínculos del ejército con los paramilitares eran ampliamente reconocidos. Y las pagos por BP/Equion continuaron.

Los asesinatos han seguido hasta noviembre de 2015, cuando Daniel Abril Fuentes, campesino, líder comunitario y defensor del medio ambiente, fue asesinado en Casanare.

Se podría decir que tuve suerte, porque en base al apoyo de la USO, la cual organizó un paro de producción petrolera de 24 días, y la movilización de la comunidad nacional y la comunidad internacional, yo pude salir vivo. Sin embargo, mi familia y yo fuimos obligados a salir exiliados de nuestra querida Colombia.

Aunque de muchas maneras la experiencia me destruyó la vida, he sido consolado por la solidaridad, y el apoyo que he recibido durante los últimos 15 años, empezando con sindicalistas y activistas como el Grupo de Solidaridad con Colombia, entre otros.

En el 2011, cuatro de los paramilitares vinculados a mi secuestro y tortura fueron acusados formalmente.  Durante el juicio dieron testimonio sobre el rol de las petroleras quienes según ellos financiaron el secuestro. En el momento de dictar la sentencia y condenarlos a la cárcel, el juez también reconoció el rol de las grandes empresas en estos eventos.

Este hecho inesperado me llevó, con la ayuda del abogado y activista sindical colombiano Francisco Ramírez, a buscar justicia en las Cortes fuera de Colombia, primero en los EEUU y luego en el Reino Unido.  Un amigo sindical Miguel Puerto, también viviendo en el exilio, me presentó a Sue Willman del estudio de abogados Deighton Pierce Glynn (DPG).

En el 2012, presenté una denuncia contra la BP, OCENSA y otras seis empresas petroleras registradas en el Reino Unido, con la ayuda de los abogados Sue Willman, Dan Carey, Richard Hermer QC y Claire McGregor, mas tarde David Hart QC.

A pesar del trabajo incansable del equipo de abogados e investigadores en el Reino Unido y Colombia, enfrentamos grandes obstáculos.

En primer lugar enfrenté la desigualdad de recursos que existe entre los fondos minúsculos de mi persona y un estudio de abogados pequeño contra una multinacional gigante y dos estudios de abogados corporativos.

En segundo lugar, el derecho en el Reino Unido (y en los EEUU) permite que las multinacionales eviten la justicia por depender de empresas locales, fuerzas estatales y hasta grupos armados ilegales para facilitar sus actividades sin incurrir responsabilidad jurídica.

Hasta que la ley esté reformada y hasta que los EEUU y el Reino Unido tomen responsabilidad por las consecuencias, sean a propósito o no, de la extracción del petróleo por empresas como la BP, personas como yo, de comunidades como la mía, no podrán acceder a la justicia.quote on t shirt agianst BP

Este no es el fin del cuento. A través del trabajo jurídico de los últimos 4 años en el Reino Unido y Colombia, hemos logrado muchas cosas:

Hemos enfocado la atención de los medios en las acciones de la BP y Equion en Casanare (enlace). Hice una gira por el Reino Unido para dar inicio al proyecto “Oil Justice” con la ONG británica War on Want y el estudio de abogados Deighton Pierce Glynn. Este proyecto ha creado vínculos entre activistas alrededor del mundo, por ejemplo activistas de México y de la campaña “La BP o no la BP” en Londres. Además, con la gente de Casanare, la ONG Cospacc ha iniciado la Escuela Popular de Investigación y Medio Ambiente, en conmemoración de Daniel Abril Fuentes.

Por su puesto han habido cambios en Colombia, con pasos hacia el proceso de paz y reconciliación. Esto ha posibilitado mi retorno a Colombia, aunque siga siendo riesgoso, con el fin de continuar mi lucha personal y política. Estoy empeñado a compartir mi conocimiento y experiencia con una nueva generación de sindicalistas y activistas con el apoyo de mi sindicato, la USO.

Aunque he cerrado mi caso legal en el Reino Unido con la más profunda tristeza, seguiremos en la búsqueda de la justicia, golpeando puertas y guardando la esperanza de que algún día llegará. Espero que este sea el inicio de una nueva época. No tengo ninguna duda de que al final, a través de la solidaridad internacional, lograremos hacer responsables a las multinacionales por la destrucción que han causado en Colombia y alrededor del mundo.

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